En dermatología estética, se llama peeling químico a la aplicación de una sustancia sobre la piel para regenerarla. El objetivo es obtener una piel más suave, tersa y luminosa, eliminando la capa superficial, incluidas impurezas, pequeñas arrugas, manchas y marcas de acné. El peeling químico se basa en la acción de ácidos que se aplican sobre la piel a determinadas concentraciones y de forma controlada.
Mediante la realización de un programa personalizado de peelings, se pueden corregir problemas derivados del fotoenvejecimiento y del acné tales como:
Manchas solares
Cicatrices
Puntos negros
Poros ensanchados
Arrugas superficiales
Flacidez cutánea
Entre cada sesión de tratamiento se deja transcurrir el tiempo necesario para la recuperación de la piel, que variará en función del producto utilizado. Unas 2 semanas suelen ser necesarias.
Normalmente se requieren entre 3 y 6 sesiones para obtener resultados estéticos óptimos, aunque ello varía entre individuos con distintos tipos de piel.