Tratamientos tradicionales de la hiperhidrosis
Las opciones de tratamiento de la hiperhidrosis incluyen cloruros de aluminio en fórmulas desodorantes, iontoforesis, y medicaciones como el glicopirrolat o la clonidina. El tratamiento tópico tiene un éxito limitado, mientras que las medicaciones pueden dar efectos secundarios desagradables como sequedad de boca y alteraciones visuales, además de eficacia limitada sobre la hiperhidrosis.
Las opciones quirúrgicas son la escisión directa de la piel afectada o la simpatectomía, que consiste en cortar los nervios que controlan la sudoración. La cirugía tiene un abanico de posibles complicaciones graves, tales como la perforación pulmonar (neumotórax), el síndrome de Horner, daños a los nervios adyacentes o cicatrización visible que limita los movimientos y provoca una recuperación prolongada.
Tratamiento de la hiperhidrosis con toxina botulínica
Para diagnosticar y determinar la zona afectada por la hiperhidrosis, se hace previamente una prueba llamada “Starch-iodine test”, que es indolora y no invasiva. Una vez el test se ha llevado a cabo, la medicación se inyecta con una jeringa estéril de un solo uso, utilizando una aguja finísima. Las inyecciones son intradérmicas, y se reparten por la zona afectada de manera uniforme.
Es un procedimiento rápido, simple y efectivo. Al cabo de unas 48 horas, la mayoría de pacientes notan una reducción de la sudoración que puede durar 3-6 meses. En algunos casos, los resultados óptimos pueden durar hasta un año.
Riesgos y efectos secundarios
El tratamiento utiliza una medicación de prescripción médica exclusiva, por lo tanto sólo se puede prescribir por un facultativo. Las inyecciones deben administrarse por una médico con experiencia y formación acreditada.
Pacientes con patologías de transmisión neuromuscular, glaucoma, infecciones, madres lactantes y embarazadas, entre otras condiciones médicas, no son buenos candidatos para el tratamiento.
Posibles efectos secundarios: hematomas en la zona inyectada, inflamación, alergia a la medicación, infección, afectación de músculos periféricos, debido a la migración accidental del producto inyectado.
Los efectos de la toxina botulínica duran unos 3-6 meses. Después de este período, se necesitará repetir el tratamiento para reducir otra vez la sudoración excesiva. Recomendamos que contactes a tu médico para comentar tu situación individual.
Fuente de información: archivos del BCAM (British College of Aesthetic Medicine), 2017.